Cuando la paridad, otro invento para joder la convivencia, ataca al Arte, al Cine, y a una de sus obras más destacadas, pues como que ya me toca los c....
Hoy me desayuno, como casi todos los días, con absurdas noticias que ahondan en el adoctrinamiento woke, lo que no supondría novedad alguna si no fuera porque atacan al Cine, ya machacado hasta la saciedad por el inmisericorde globalismo que nos arruina, pero que dá un paso más en tanto en cuanto se atreve a versionar, desde sus repugnantes postulados, una obra maestra que por ser tal debería ser escrupulosamente respetada.
Que "La caza" de Saura sea versionada con mujeres como protagonistas es un despropósito que hasta las mujeres, con dos deditos de frente, deberían rechazar.
Obra que retrata magistralmente las relaciones humanas en un ambiente opresivo, inicialmente festivo, en una sociedad y una época donde el hombre, y sólo el hombre, cazaba.
Poner a cuatro petardas cazando, cuando en su puta vida se lo habrían planteado, es, una vez más, un insulto a nuestra inteligencia y un agravio al genial Saura, fallecido hace poco más de un año, y que se estará revolviendo en su tumba ante tamaño despropósito.
Penoso es que directores y actores, actrices en este caso, se presten a tan repugnante juego.
Y no, no es necesario esperar a ver esta basura para saber que basura es.
Respétate como cinéfilo y no vayas a ver este bodrio cuando lo estrenen, que lo estrenarán.
Por respeto a ti mismo, al genial Carlos Saura, a su inconmesurable obra, y al CINE con mayúsculas, ese que los cerdos globalistas casi nos han robado y, sin duda, nos quieren definitivamente robar.
La escritura como terapia
viernes, 9 de agosto de 2024
jueves, 27 de junio de 2024
Meteo show
La información meteorológica ya no es dato, es relato. El inefable Schwab ya lo advirtió. Igual da pangolín que CO2. Si el relato se repite con machacona insistencia, tendrá el efecto deseado.
Difícil es encontrar, en los últimos años, esbirros más complacientes que los meteorólogos televisivos, vomitando día tras día e informativo tras informativo tal cantidad de mentiras, inexactitudes y sandeces que no sería de extrañar que hayan pulverizado todos los récords de gilipolleces expresadas desde que se tienen registros.
Como el rollo de la sequía se les ha venido abajo, pues vamos con el del calor. Pues ni la una ni el otro.
No lo dudes, la tele miente, nos quieren amargados y nos venden un relato que no es real.
Si no les crees se desmoronan. No seas membrillo. No eres culpable de nada.
Sal y disfruta, joder. Y cuando veas a tu familia, a tus amigos o a tus vecinos no repitas como en la tele y como un papagayo "Que calor", que pareces tonto.
Piensa por ti mismo y a estos mierdas, repugnantes asalariados del globalismo más despreciable, pues que les den.
Porque lo del timo climático ya está instalado en el contínuo esperpento. Es sonrojante y burdo, por evidente, como la propaganda del poder insiste machaconamente en su mensaje de terror.
Se repite la fórmula utilizada en la falsa pandemia covidiana, experimento de humillación y dominación de la población donde se testeó su resignación con tan buenos resultados que ahora, con la excusa del clima, quieren reproducir.
Todo les vale a estos usuarios de jets privados. Llueva mucho o poco, haga frío o calor, ellos se ocupan de retorcer la noticia para que sirva a su relato. Y si no, pues directamente se miente.
En verano, buscar la sombra es normal. Beber abundante líquido, es normal. Sudar copiosamente, es normal. Que haga calor, mucho calor, es normal.
Lo anormal es que nos digan que no es normal. Lo anormal es creérselo.
Tira de experiencia y no te dejes engañar. Los anormales son ellos, que tienen en tan poca estima al pueblo que insultan su inteligencia sin apenas disimulo.
Es hora de hacerles notar que esta vez no cuela. Hablarlo, comentarlo, gritarlo. Todo menos el silencio. Todo menos la complicidad. Todo menos la aceptación.
Difícil es encontrar, en los últimos años, esbirros más complacientes que los meteorólogos televisivos, vomitando día tras día e informativo tras informativo tal cantidad de mentiras, inexactitudes y sandeces que no sería de extrañar que hayan pulverizado todos los récords de gilipolleces expresadas desde que se tienen registros.
Como el rollo de la sequía se les ha venido abajo, pues vamos con el del calor. Pues ni la una ni el otro.
No lo dudes, la tele miente, nos quieren amargados y nos venden un relato que no es real.
Si no les crees se desmoronan. No seas membrillo. No eres culpable de nada.
Sal y disfruta, joder. Y cuando veas a tu familia, a tus amigos o a tus vecinos no repitas como en la tele y como un papagayo "Que calor", que pareces tonto.
Piensa por ti mismo y a estos mierdas, repugnantes asalariados del globalismo más despreciable, pues que les den.
Porque lo del timo climático ya está instalado en el contínuo esperpento. Es sonrojante y burdo, por evidente, como la propaganda del poder insiste machaconamente en su mensaje de terror.
Se repite la fórmula utilizada en la falsa pandemia covidiana, experimento de humillación y dominación de la población donde se testeó su resignación con tan buenos resultados que ahora, con la excusa del clima, quieren reproducir.
Todo les vale a estos usuarios de jets privados. Llueva mucho o poco, haga frío o calor, ellos se ocupan de retorcer la noticia para que sirva a su relato. Y si no, pues directamente se miente.
En verano, buscar la sombra es normal. Beber abundante líquido, es normal. Sudar copiosamente, es normal. Que haga calor, mucho calor, es normal.
Lo anormal es que nos digan que no es normal. Lo anormal es creérselo.
Tira de experiencia y no te dejes engañar. Los anormales son ellos, que tienen en tan poca estima al pueblo que insultan su inteligencia sin apenas disimulo.
Es hora de hacerles notar que esta vez no cuela. Hablarlo, comentarlo, gritarlo. Todo menos el silencio. Todo menos la complicidad. Todo menos la aceptación.
domingo, 14 de enero de 2024
Crédulos enmascarados
Ya no me cabe ninguna duda. El "tempo" de vuestras vidas lo marca la televisión.
Es poneros el capote y allá que vais. Entes pasivos que únicamente reaccionais ante estímulos procedentes de fuentes oficiales, las únicas que garantizan estar del lado cómodo, que no veraz, de la realidad.
Y por eso, por pusilánimes, por dejados o por necios, nos lleváis a todos a un pozo del que va a ser muy difícil salir.
Sí, hablo del bozal, instrumento de tortura nuevamente impuesto al que no dulcificaré llamándolo mascarilla y del que se sirven gobernantes psicóticos para pisotear una y otra vez nuestra ya maltrecha dignidad.
Ni comité de expertos, ni informes que lo avalen, ni Cristo que lo fundó. Todo invención y mentira. Y vosotros sin enteraros.
Desenmascaradas y desacreditadas todas las medidas que en su día se tomaron y demostrada su inutilidad y su ilegalidad, ya no toca compadecerse de vosotros, crédulos enmascarados. Toca señalaros como colaboradores necesarios de este despropósito, como cómplices de la aniquilación de nuestra forma de vida y del atropello a nuestra libertad.
Y no, no sois los más listos, ni los más responsables, ni los más respetuosos, por mucho que los malditos poderosos os lo hagan creer. Lo que sois es tontos, envidiosos, cobardes, suicidas, irresponsables e irrespetuosos.
Os rendis a una distopía que vuestro intelecto es incapaz de imaginar y nos arrastrais a todos en vuestra caída.
Y ahora, miserables, preparad vuestras bolsas de picnic e iros a pasar el día a la sala de espera de un hospital, donde seréis los reyes del mambo, obedientes cumplidores felizmente embozados de la normativa vigente, que no legal. Disfrutad respirando vuestra propia inmundicia y regocijaros en vuestra placentera mediocridad.
Disculpadme si no os acompaño.
Es poneros el capote y allá que vais. Entes pasivos que únicamente reaccionais ante estímulos procedentes de fuentes oficiales, las únicas que garantizan estar del lado cómodo, que no veraz, de la realidad.
Y por eso, por pusilánimes, por dejados o por necios, nos lleváis a todos a un pozo del que va a ser muy difícil salir.
Sí, hablo del bozal, instrumento de tortura nuevamente impuesto al que no dulcificaré llamándolo mascarilla y del que se sirven gobernantes psicóticos para pisotear una y otra vez nuestra ya maltrecha dignidad.
Ni comité de expertos, ni informes que lo avalen, ni Cristo que lo fundó. Todo invención y mentira. Y vosotros sin enteraros.
Desenmascaradas y desacreditadas todas las medidas que en su día se tomaron y demostrada su inutilidad y su ilegalidad, ya no toca compadecerse de vosotros, crédulos enmascarados. Toca señalaros como colaboradores necesarios de este despropósito, como cómplices de la aniquilación de nuestra forma de vida y del atropello a nuestra libertad.
Y no, no sois los más listos, ni los más responsables, ni los más respetuosos, por mucho que los malditos poderosos os lo hagan creer. Lo que sois es tontos, envidiosos, cobardes, suicidas, irresponsables e irrespetuosos.
Os rendis a una distopía que vuestro intelecto es incapaz de imaginar y nos arrastrais a todos en vuestra caída.
Y ahora, miserables, preparad vuestras bolsas de picnic e iros a pasar el día a la sala de espera de un hospital, donde seréis los reyes del mambo, obedientes cumplidores felizmente embozados de la normativa vigente, que no legal. Disfrutad respirando vuestra propia inmundicia y regocijaros en vuestra placentera mediocridad.
Disculpadme si no os acompaño.
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