La escritura como terapia


lunes, 27 de julio de 2015

Historia de un parado - Carta de presentación desesperada

Texto de la carta de presentación que acompañando a mi curriculum vitae he enviado a diversas empresas de la zona donde resido

 
Estimados señores

Consciente como soy de que el triste destino de este escrito será, con toda probabilidad, el de no ser leído, no es menos cierto que mi obligación moral para con mi familia, de la que hoy por hoy soy el único sustento, me anima a enviarla en la esperanza de que la diosa fortuna la haga llegar al lugar y en el momento adecuados y de que la calidad y profesionalidad de la persona receptora convierta en un error mi creencia inicial.

El caso es que, tras más de 30 años de vida profesional jalonada de éxitos y con una trayectoria claramente ascendente, me he visto afectado por el ERE de CatalunyaCaixa, última Entidad para la que he trabajado, que haciendo gala de una crueldad tan dolorosa como esperada me ha arrojado en brazos del desempleo.

Como podrán ver en el Currículum Vitae que adjunto, estoy perfectamente capacitado para desarrollar cualquier función profesional de tipo administrativo, en especial aquellas relacionadas con los departamentos financiero y de control interno, donde he pasado muchos años con personal a cargo.

Son tiempos difíciles para nuestro querido país y, consecuentemente, las dificultades para encontrar un empleo son enormes. A la abundancia de demanda y la escasez de oferta, se responde por parte de las Consultoras de selección de personal con fórmulas estandarizadas que criban con un más que discutible criterio a los candidatos a cualquier puesto de trabajo ofertado.

A los jóvenes se les pide experiencia. A los mayores, juventud. Y a todos, el maldito inglés.

Pues bien, por mi parte ofrezco experiencia y formación. Inglés hasta donde llego, bastante para desarrollar mi labor profesional pero insuficiente para emular a Oscar Wilde. Joven, pues no soy joven, pero un viejo chocho e inservible, tampoco.

Activo, amante del deporte, de la cultura y de la vida. Con necesidad y ganas de darlo todo en el desarrollo de mi actividad profesional, anhelo la oportunidad de sacar a mi familia de la situación a la que la vida nos ha empujado, siendo como somos una de esas familias en la que todos sus miembros se encuentran desempleados.

Con experiencia, formación y un buen estado de salud, empíricamente demostrables, sólo me cabe confiar en que quién esto lea, no corte los trajes en función de la moda imperante y su visión le permita tener en cuenta mi candidatura a la hora de cubrir hipotéticas vacantes que encajen con mi perfil profesional.

Espero que pronto podamos sentarnos, hablar y llegar a la conclusión de que el establecimiento de una relación profesional supone un beneficio para ambas partes.

Quedo a la espera de sus noticias y a su disposición para cualquier aclaración que precisen.

Atentamente,


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Tal vez un simple “Acusamos recibo de su escrito. Sentimos no podemos ofrecerle vacante alguna en este momento. Si en un futuro surgiera la necesidad de cubrir alguna que se ajuste a su perfil profesional tendremos en cuenta su candidatura. Gracias por confiar en nosotros. Atentamente”, habría sido lo educado.

A lo mejor se han tomado como algo personal el tono amargo y sarcástico de la misiva. O simplemente es que están siendo fieles a la catadura moral que se gastan la mayoría de las empresas que se mueven dentro de este sistema liberal-capitalista que nos ha tocado sufrir.