La escritura como terapia


martes, 28 de julio de 2020

Una política interesada y cobarde

Mascarilla para todos. La Ayuso ya se ha sumado. Sólo queda Canarias, veremos hasta cuándo.
   
Ya escribí en http://pellejudoscorner.blogspot.com/2020/06/como-perros-con-bozal.html sobre la mascarilla y su razón de ser.

Entonces eran los todopoderosos dirigentes del Estado Central. Ahora esos reyezuelos de taifas, mandamases de cuestionables territorios llamados autonomías, los que siguiendo la estela marcada por aquellos se dedican a legislar a golpe de decreto todas y cada una de las sandeces que, sin criterio científico alguno, pergeñan en sus lujosos cubículos para humillación y escarnio de sus ciudadanos.

Desoyendo de forma despótica y arrogante las advertencias de expertos sin comillas que se mojan de verdad, imponen a sus poblaciones medidas absurdas y desproporcionadas, de las que la mascarilla obligatoria al aire libre es la más visible, que sólo sirven a un propósito que no es otro que la reafirmación de su recién incrementado poder.

Es por nuestro bien, por respeto y por responsabilidad. Con gilipolleces de este estilo justifican sus tropelías, apoyadas siempre por una maquinaria represora y sancionadora a la que el adjetivo dictatorial se le queda corto.

Infinidad de médicos y epidemiólogos no alienados con el poder y varios informes de la OMS, a la que de vez en cuando se le escapan algunas verdades, han advertido sobre la escasísima utilidad del uso generalizado de la mascarilla en exteriores, a la vez que han alertado sobre las nefastas consecuencias que para la salud esa práctica provoca.

Pero nuestros aprendices de monarcas absolutos, nuestros tiranos de república bananera, nuestros reyezuelos tribales, nuestros presidentes autonómicos, sean del partido que sean, se han embarcado en una frenética carrera para, decreto va, decreto viene, contentar a las masas aterrorizadas por los medios generalistas y cuya nula reacción ante la humillación ya ha sido suficientemente probada por el Estado Central.

Porque estos señores, politicastros de todos los colores, sólo piensan en contentar a sus futuros votantes, legislando para la mayoría, tenga o no tenga razón en sus temores y sea o no beneficioso para sus intereses. Hay que contentar a las moscas que bien es sabido que acuden por miles a la mierda, lo que no significa que la mierda sea buena.

Una política de cobardes e interesados  que, por cierto, no dejan de cobrar sus sueldos. Una política muy alejada de la búsqueda del equilibrio social, del bien común y de la eliminación de la pandemia, a la que ya algunos llaman PLANdemia.

Sigamos pues felices con nuestro bozal bien apretado, viviendo en los mundos de yupi mientras el mundo a nuestro alrededor se desmorona. Abracemos con alegría una sociedad de esclavistas y esclavos, de carceleros y reos, de represores y reprimidos, de acaudalados y miserables, de ventajistas y oprimidos. Porque sumiso se es más feliz.

Yo, desgraciado de mí, temo más a ese nuevo orden mundial que barrunto que a la propia muerte. Y no sé vivir sin luchar. El camino, fatalmente, lo tengo marcado.