La escritura como terapia


jueves, 26 de marzo de 2020

Cómplices o ineptos

La Organización Mundial de la Salud ya lo ha dicho. Los test masivos son fundamentales y haberlo ignorado significa haber perdido la oportunidad de acabar con la pandemia.

Así de claro. Ignorar los antecedentes y no aplicar la segregación entre individuos sanos e infectados nos ha llevado a la situación actual.

Una vez más, España se sitúa en la parte alta de un ranking, el de afectados y fallecidos por el Covid-19, vergonzante y vergonzoso.

La incompetencia del Estado de este nuestro lamentable país supera con creces todo lo hasta ahora conocido. Nótese que digo Estado, no Gobierno. Y lo digo porque estoy seguro de que con otros gobernando el resultado habría sido el mismo. Diferentes perros, mismo amo.

El llamado Estado de Derecho o Estado del Bienestar, permitidme una sonrisa, nos maneja con mano de hierro desde hace más de cuarenta años, con unas estructuras y un funcionamiento interno que favorece la ineficacia, la mentira, la corrupción y la prevaricación y que ha convertido el absolutista “Todo para el pueblo, sin el pueblo” en un “Nada para el pueblo, con el pueblo”. Lobo con piel de cordero, el Estado vende humo disfrazándolo de libertad e idiotiza a las masas fomentando consignas y manifestaciones tan vistosas como inocuas para sus intereses.

El haber tomado medidas insuficientes, tarde y mal, desoyendo a la OMS e ignorando los antecedentes de China e Italia, convierte a nuestro Estado, en el mejor de los casos, en un inepto. Con resultado de muerte.

En el peor, hablaríamos de complicidad.

Paga el Estado, pagamos todos, a los que con sus fondos le sostienen.

Son evidentes los beneficios, para unos pocos, de esta pandemia. Es evidente lo dañados que, los que lo logren, van a salir de ella.

El Estado, a través de su testaferro el Gobierno, nos falta al respeto en ruedas de prensa carentes de contenido y de interés. El Estado manipula sistemáticamente la información, información que va adaptando para instaurar en la sociedad un miedo atroz e invalidante, un miedo que evite que sus decisiones sean cuestionadas. No es momento para críticas, nos dicen. ¿En serio que con un encierro de un mes y miles y miles de afectados y de muertos por su lamentable actuación no es momento de críticas? Por supuesto que es el momento, para que vean las orejas al lobo y se pongan a trabajar en serio para sacarnos de esta situación en el plazo prometido, perfectamente factible si de verdad se quiere y se destinan los recursos necesarios.

Está por ver si cuando salgamos de ésta, el pueblo es capaz de reaccionar y de pedirle cuentas al Estado por esta masacre o, por el contrario, seguirá siendo palmero fiel al axioma del Sistema menos malo. Me encantará verlo, si no resulto ser uno de los damnificados.

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