Así de claro. Ignorar los antecedentes y no aplicar la segregación
entre individuos sanos e infectados nos ha llevado a la situación actual.
Una vez más, España se sitúa en la parte alta de un ranking,
el de afectados y fallecidos por el Covid-19, vergonzante y vergonzoso.
La incompetencia del Estado de este nuestro lamentable país
supera con creces todo lo hasta ahora conocido. Nótese que digo Estado, no
Gobierno. Y lo digo porque estoy seguro de que con otros gobernando el
resultado habría sido el mismo. Diferentes perros, mismo amo.
El llamado Estado de Derecho o Estado del Bienestar,
permitidme una sonrisa, nos maneja con mano de hierro desde hace más de
cuarenta años, con unas estructuras y un funcionamiento interno que favorece la
ineficacia, la mentira, la corrupción y la prevaricación y que ha convertido el
absolutista “Todo para el pueblo, sin el pueblo” en un “Nada para el pueblo,
con el pueblo”. Lobo con piel de cordero, el Estado vende humo disfrazándolo de
libertad e idiotiza a las masas fomentando consignas y manifestaciones tan
vistosas como inocuas para sus intereses.
El haber tomado medidas insuficientes, tarde y mal,
desoyendo a la OMS e ignorando los antecedentes de China e Italia, convierte a
nuestro Estado, en el mejor de los casos, en un inepto. Con resultado de
muerte.
En el peor, hablaríamos de complicidad.
Paga el Estado, pagamos todos, a los que con sus fondos le
sostienen.
Son evidentes los beneficios, para unos pocos, de esta
pandemia. Es evidente lo dañados que, los que lo logren, van a salir de ella.
El Estado, a través de su testaferro el Gobierno, nos falta
al respeto en ruedas de prensa carentes de contenido y de interés. El Estado
manipula sistemáticamente la información, información que va adaptando para
instaurar en la sociedad un miedo atroz e invalidante, un miedo que evite que
sus decisiones sean cuestionadas. No es momento para críticas, nos dicen. ¿En
serio que con un encierro de un mes y miles y miles de afectados y de muertos
por su lamentable actuación no es momento de críticas? Por supuesto que es el
momento, para que vean las orejas al lobo y se pongan a trabajar en serio para
sacarnos de esta situación en el plazo prometido, perfectamente factible si de
verdad se quiere y se destinan los recursos necesarios.
Está por ver si cuando salgamos de ésta, el pueblo es capaz de
reaccionar y de pedirle cuentas al Estado por esta masacre o, por el contrario,
seguirá siendo palmero fiel al axioma del Sistema menos malo. Me encantará
verlo, si no resulto ser uno de los damnificados.
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