martes, 9 de junio de 2020

La duda

Tremendamente agotado, desilusionado y desesperanzado me ha dejado este lamentable y vírico episodio que ni en el peor de mis sueños pensé que me tocaría vivir.

Agotado de ver, leer y escuchar infinidad de necedades y  mentiras, y de sufrir un bombardeo mediático de informaciones interesadas, falsas y manipuladas que han puesto de manifiesto el tremendo poder de la maquinaria del Estado.

Desilusionado por constatar que la estupidez humana es mucho mayor de lo que yo pensaba, y eso que mi cuantificación de la misma ya era más que generosa.

Desesperanzado porque esa estupidez, bien aprovechada por un poder inmoral y despótico, nos lleva irremisiblemente hacia una sociedad aberrante y distópica en modo alguno deseable.

Mi fe en la humanidad, muy debilitada aun antes de la pandemia, ha desaparecido por completo, dando paso a complejos sentimientos de aversión cercanos a la misantropía.

Curiosamente mi escasa propensión a la sociabilidad no me ha impedido jamás conducirme de forma socialmente responsable ni me ha impedido tener el convencimiento de que la búsqueda de una sociedad justa constituye un fin por el que merece la pena luchar.

Antes el bien común que el provecho individual, me he repetido machaconamente. Sentencia axiomática que condiciona toda una vida. Marca un camino y un comportamiento.

Pero la duda, siempre acechante, trata de hacer mella aprovechando cualquier resquicio. La pandemia y el comportamiento de las masas, rara vez coincidente con el mío, han sido campo abonado para ello. Me pregunto si merece la pena mantener la lucha por esa anhelada sociedad justa, cuyos fundamentos y estructura dudo mucho que sean entendidos. Me pregunto si la humanidad merece ese esfuerzo. Me pregunto si la atrocidad de una sociedad de oligarcas y siervos es ya una realidad inminente y fatalmente inevitable.

Escéptico, inconformista y defensor de causas perdidas e impopulares, no dejo de sentirme más celiniano que nunca.

Tal vez algún día mis temores se hagan realidad. En ese caso, espero estar muerto.

O tal vez con el tiempo una sociedad justa florecerá. A buen seguro, yo ya estaré muerto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario