Porque no contentos con defender sus postulados y su apoyo
incondicional al Gobierno de nuestra nación, intentan adoctrinar a los que,
rebeldes ellos, se resisten a comulgar con la doctrina oficial. Y lo hacen, sin
ponerse límite alguno, seguros de que el estar del lado del poder les da vía
libre para pisotear sin miramiento a los que osan aventurar una opinión
distinta a la que ellos han abrazado.
Empiezo a estar algo cansado de adeptos al régimen que, como
si de comisarios políticos se tratara, tienen la desfachatez de ocupar espacios
privados para intentar adoctrinar a las masas.
Me estoy refiriendo a aquellos que, además de repetir como
loros las consignas del Gobierno en sus perfiles de las omnipresentes redes
sociales, se permiten el lujo de, mediante comentarios más o menos velados,
intentar, en perfiles ajenos, imponer su doctrina.
Pues bien, señoras y señores, que sepáis que es prepotente y
de una pésima educación aprovechar entradas en perfiles de redes sociales que
no son vuestros para con vuestros comentarios intentar adoctrinar y llevar al,
según vosotros, camino correcto al disidente en cuestión.
Parece que en esta especie de locura vírica se os haya ido
la olla. Parece que habéis olvidado que no todo el mundo está obligado a pensar
como vosotros. Parece que sólo pueden ser vuestros amigos, o amiguetes,
aquellos que piensen como vosotros.
Triste, muy triste, es que esto sea así. Que la amistad se
base en la ideología clónica de quienes la comparten es patético. Los amigos,
amiguetes si queréis, no pueden ser clónicos. Porque de ser así, dónde queda la
tan reivindicada diversidad.
Señoras y señores con vocación de comisarios/as
políticos/cas, usad vuestros propios perfiles para difundir vuestras ideas y
absteneros de comentar opiniones ajenas con espíritu adoctrinador. Valorad las
virtudes de vuestros amigos/amiguetes por encima de su forma de pensar. Y,
sobre todo, respetad sus opiniones, si queréis que sean respetadas las vuestras.
El perfil en redes sociales (Instagram, Facebook, blogs,
etc.) es un ámbito privado que se debe respetar. Cada uno en su perfil es libre
de expresar las opiniones que crea convenientes y nadie, repito, nadie, está facultado
para emponzoñarlas mediante mensajes supuestamente ejemplarizantes, pero al fin
y al cabo partidistas y doctrinales.
Respeta si quieres ser respetado. Es la clave. Jamás he
mostrado mi disconformidad, o indignación, con una entrada, sea en la red
social que sea, que me haya provocado dichos sentimientos. Porque siempre queda la opción de no leer, de no seguir, de
ignorar. Si os resulto incómodo, hacerlo conmigo. Pero no me faltéis al respeto
con consignas y soflamas. Eso sí que es insultante. Y no os lo voy a permitir.
Si lo entendéis, buenos momentos, a pesar de las
diferencias, nos esperan en un futuro próximo. Si no es así, candidato al gulag me temo que soy.
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