miércoles, 1 de septiembre de 2021

18 meses

Ya han pasado unos 18 meses desde que nuestras vidas dieron un vuelco, aunque más exacto sería decir que nuestras vidas fueron volteadas.

El motivo “oficial”, una discutible pandemia provocada por un misterioso virus de origen incierto, expansión galopante y  elevada letalidad.

El primer impacto, lógico que nos dejara aturdidos e imposibilitara el pensar con claridad. Después de este tiempo ya no hay excusa que valga.

Hemos de reflexionar, hemos de sacar conclusiones, hemos de recuperar nuestra dignidad, hemos de exigir saber la verdad, hemos de resarcirnos por lo perdido y hemos, en definitiva, de recuperar nuestras vidas y nuestra libertad.

No es posible que demos la espalda a las decenas de falsedades, medias verdades, inexactitudes, informaciones tendenciosas, contradicciones, amenazas y arbitrariedades con las que nuestros gobernantes, centrales, autonómicos o municipales, nos han humillado a diario y hasta decir basta, todo ello con la inestimable colaboración de sus asalariados de los medios de comunicación y del ámbito sanitario, y siempre obedeciendo a aquellos a quienes sirven, que a poco que pensemos deduciremos que nos es precisamente al pueblo.

Es hora de apagar la tele y vivir. “Soltar el miedo y probar a vivir durante una semana como lo hacíais antes”, decía una actriz italiana de la que lamentablemente no recuerdo el nombre. Pues eso, salir con vuestros amigos, abrazar y besar a vuestros seres queridos, disfrutar del deporte, del ocio, de todo lo que llenaba vuestras vidas antes de la pandemia, sin mascarillas, sin distancia y sin restricciones. En definitiva, probar durante una semana a ser lo que erais antes y sólo así estaréis en disposición de daros cuenta de lo mucho que habéis perdido sin que el peligro sea tanto como nos quieren hacer creer.

Y me diréis ¿Por qué nos han mentido?. Y yo os contestaré, por dinero y por vasallaje al poder. Porque cuando alguien paga, a gobiernos, a organismos internacionales, o a lo que se tercie, para ostentar el poder y encuentra gente amoral y corrupta dispuesta a venderse y a defender sus intereses, el pueblo queda fuera de la ecuación. Y si alguien a fecha de hoy piensa que los sucesivos gobiernos de este nuestro lamentable país han mirado por nuestros  intereses y no por los de los que les mantienen económicamente y les aúpan a posiciones relevantes a cambio de su fidelidad, no es que sea ingenuo, es que es más tonto que Abundio.

Basta ya. Dos más dos son cuatro, joder. Espabilar que parecéis de inteligencia submental. Apagar la tele o cuestionar lo que en ella os dicen. Sentido común. Están tan enchulados, los corruptos éstos, que cometen un error tras otro. Es facilísimo pillarlos. Lo inteligente es denunciarlo. Lo estúpido, es creerlos, defenderlos y colaborar con ellos.

El prójimo no es tu enemigo. El Estado, sí. Recupera tus fiestas, tus tradiciones, tu fe, tus peñas, tus aficiones…tu vida. Pero sin restricciones, que asco de palabra.

Tened cojones, por Dios. Y decid BASTA. Esto tiene que acabar y algunos tendrán que pagar por todo lo que nos han hecho.

Nuestra vida es nuestra, debéis gritar. Y sólo así saldremos del agujero. Ellos no nos van a sacar, perderían su tiránico poder, debemos salir nosotros. Fuera mascarillas en exteriores, fuera mascarillas en interiores, una mierda para la distancia social, me vacuno si yo quiero y si no quiero no me discrimines por ello. Eso es un pensamiento positivo. Lo demás son coartadas de colaboracionistas miedosos, mediocres y envidiosos.

Ya he escrito hasta la saciedad en ésta, mi particular cruzada por la salvación, y en éste, mi blog pellejudoscorner.blogspot.com, sobre las sucesivas mierdas que hemos tenido que tragar procedentes de este Gobierno, llámale Estado, sobre temas como las mascarillas, las PCR, las vacunas, el pasaporte Covid y su puta madre. Y sinceramente, estoy un poco harto de que apenas sirva para algo. Sólo me queda la satisfacción de que al menos mis reflexiones son meditadas, contrastadas y argumentadas. Las de la mayoría, son repeticiones tragacionistas de eslóganes y soflamas. Una paja mental. Pero si la masa fuera inteligente no sería masa. Al menos espero de ella que tenga dignidad y que reivindique su libertad.   

A ver si despertamos de una vez. Nos queda poco tiempo. Después, será demasiado tarde.

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