martes, 13 de julio de 2021

Libertad, Igualdad y Fraternidad

Según publica hoy el diario El Mundo, el Sr. Macron, presidente de la República francesa, la de la libertad, la igualdad y la fraternidad, ha anunciado:

Que la vacunación pasa a ser obligatoria para todo el personal que trabaje en el sector sanitario o asistencial. Tienen hasta el 15 de septiembre. Luego serán sancionados si no lo han hecho (esta es su LIBERTAD).

Para convencer al resto de la población de que se vacunen, la estrategia es algo más sutil (Visto lo que viene a continuación, el periodista que tal escribe no parece tener muy claro el concepto de sutileza). A partir de la semana que viene el Pasaporte sanitario será imprescindible para acceder a todo evento que reúna a más de 50 personas. Hasta ahora, lo era para reuniones que superaran las mil personas. Y desde el 1 de agosto para acceder a centros comerciales, bares, cafés y restaurantes así como a las residencias de ancianos, clínicas y hospitales (o sea, si te pones enfermo o sufres un accidente y no estás vacunado, te dejarán morir en la puerta del hospital).También trenes, buses y aviones de largo recorrido (de viajar a ver a parientes o amigos, o por negocios, o por placer, a olvidarse).

Macron fue claro. En lugar de restricciones para todos, restricciones para los no vacunados (esto es su IGUALDAD). El presidente apeló al civismo y la madurez (¿?) pero dejó claro que si la persuasión no funciona, se planteará hacer obligatoria la vacunación para todos. ¿Cuándo? En otoño. "Nueve millones de dosis os esperan" afirmó el jefe del Estado que apeló a la ciencia y recordó que Francia es la patria de Pasteur.

El pase sanitario indica si uno está vacunado o si acaba de dar negativo en un test PCR. Y para empujar a sus conciudadanos a vacunarse, los test PCR dejarán de ser gratuitos a partir de octubre. Se trata de hacer pasar por el aro de la vacuna a los recalcitrantes (declaración que, sin duda, favorecerá las relaciones FRATERNALES) que prefieren hacerse un test tras otro. De momento, los extranjeros ya tienen que pagar los test, 45 euros, puesto que en el resto de países de la UE son de pago.

¿Tan grave es la situación epidémica en Francia? No. Pero Macron prefiere intervenir antes. Mejor ahora, cuando los contagios empiezan a subir que en otoño cuando pueden dispararse. Y, desde luego, utilizar el avance de la variante Delta (el maravilloso y oportunísimo mundo de las variantes) para dar un empujón a la campaña de vacunación.

La tasa de incidencia está en 25 por 100.000 (que con esta tasa se trate de justificar esta desvergüenza arroja no pocas dudas sobre las verdaderas intenciones de estos tiranizados gobiernos títeres occidentales, con Francia a la cabeza). En cuatro departamentos supera el 50, nivel de alerta: ParísAlpes y los dos departamentos de los Pirineos que limitan con Cataluña y el País Vasco. Si la tasa alcanza los 200 casos, los prefectos, delegados del gobierno, pueden adoptar toques de queda. Es el caso de Martinica y la Reunión.

El gobierno aprobará la próxima semana en consejo de ministros un proyecto de ley para convertir en obligatoria la vacunación contra el covid. La verdad, es incomprensible esta resistencia cuando desde 2005 están obligados a vacunarse contra la hepatitis B (tal vez sea, y no creo arriesgarme mucho con mi apreciación, porque la vacuna contra la hepatitis B ha sido probada en forma y plazo para ofrecer todas las garantías que las vacunas contra el covid no ofrecen). El texto será votado en la Asamblea Nacional antes de que acabe julio. Macron no tiene problema de apoyo. No sólo cuenta con sus diputados y sus aliados centristas sino con la derecha clásica y los socialistas. En cambio, los extremistas de derecha, Marine Le Pen, y de Izquierda, Jean Luc Mélenchon, se oponen a la obligatoriedad por razones que rayan en lo conspiranoico (argumento de los que no tienen argumento. Si discrepas del todopoderoso gobierno, tiro de adjetivación, te cuelgo la etiqueta de despreciable conspiranoico, y caso resuelto. Porque, a ver si os enteráis de una vez, la libertad de pensamiento ya es cosa del pasado y no tiene cabida en este régimen global donde el pensamiento único no es una opción)”.

Lo indicado en este artículo de “El Mundo”, donde me he permitido introducir algunas reflexiones (entre paréntesis y subrayadas), es gravísimo, ya que justifica e institucionaliza un trato discriminatorio de manual y supone un ataque burdo y directo contra el libre albedrío, lo que debería despertar no pocas conciencias y precipitar una contundente y fulminante reacción.

El pasado 3 de junio en mi artículo “Pasaporte Covid”, http://pellejudoscorner.blogspot.com/2021/06/pasaporte-covid.html ya abordé esta cuestión y, con lo ocurrido y lamentablemente, lo allí escrito cobra hoy plena actualidad.